lunes, 24 de marzo de 2014

.-

-Esta es la historia de cómo se rompe un corazón, primero que todo me gustaría explicar
que no es algo dramático; sino una crónica de cuando te recuerdan que estás con vida,
que sigues aquí; que eres más que aire, que no eres un suspiro..

 En algún momento de mi vida, antes de volverme invisible; fui alguien,
quizá no importante para los demás, pero me sentía fuerte, con vida,
tenía muchos amigos; y rebosaban las sonrisas cada día,
los amaneceres eran brillantes, mi cama era segura, las noches.. uf, las noches eran fuego.

Nuestra relación empezó muy rápido, fue algo fugaz, en muchos sentidos nos sentíamos únicos;
eramos nosotros contra el mundo, contra nosotros, contra todo.

Pensé que estaríamos siempre juntos, creo que sin ver un futuro, buscaba un para siempre.

Le gustaba bailar, donde fuese, tomaba mi mano y me hacía soñar; en el metro, en la calle,
entre multitudes de gente, como si todo fuera una pintura; y nosotros le diéramos vida,
le gustaba interrumpirme con besos, era muy grosero de su parte;
pero no pasa un día en que no extrañe cada uno de sus gestos.
Tenía unos ojos espectaculares, especiales, espaciales; era como ver una supernova,
era lo mas hermoso que he visto, era, es, fue; algo inexplicable, inevitable,
mirarle era un poema, una canción; una flor, una vida de calor, de amor.
También disfrutaba caminar, en otoño, pisando hojas secas, veía la vida de una forma única,
como si todo tuviera otro color, otro sentido, un nuevo nombre;
miraba al mar como si le tentase, como si quisiese lanzarse, nadar, perderse.
Me hacía cometer locuras, pero lo valía; mi peor resfrío fue por bailar juntos; en medio de una tormenta;
con los pies mojados y las manos frías, en un abrazo fuimos infinitos, mas fuertes que la lluvia, que el cielo.
En primavera nos dimos flores, cada día; una pequeña flor amarilla, y bajo un árbol del parque me dijo "te amo"
y yo le amé, le besé, nos prometimos en un beso, nos prometimos al cielo, nos prometimos.
En verano fuimos música, fuimos ritmo, fuimos aplauso; melodía, arpegios; le gustaba que cantásemos,
tan fuerte como fuera posible; que todos escucharan, que todos nos envidiaran; eramos infinitos, a cada paso,
a cada tiempo; estábamos fuera de foco, pero dentro de la mejor película de todos los tiempos.

Estuvimos un año juntos, doce meses de la mano; trescientos sesenta y cinco días locos por el otro;
pasamos doscientas noches juntos, abrazados; a veces enojados, pero juntos, tuvimos peleas; rencores,
viejos amores, desesperación; estuvimos en cerca de ciento veinte citas en distintos sitios,
no conté cuantas veces nos besamos, diría que infinitas; trescientos sesenta y cinco días exactos,
para que un segundo acabara todo, un año amándonos, para una vida extrañándonos.
Creo que el viento nos extraña, solíamos respirarle; me dijo que necesitaba esperar, que no resistía mas;
que nos dejáramos de ver, que termináramos; dijo que necesitaba olvidar, para amarme como yo merecía;
no sé que merecía, pero solo quería su amor, en todos los colores; con cada falla, con cada caída,
yo solo quería su abrazo a media noche.