miércoles, 22 de octubre de 2014

Y empezamos nuestro viaje, con la primera mirada, las primeras sonrisas;
no creo en el amor a primera vista, pero esto se le acercaba; sin planearlo,
si hablarlo; estábamos juntos, y así pasábamos las mañanas, pensando en el otro;
así pasamos el invierno, abrazados contra el frío, no nos importaba que pasara,
diría que puse mis manos al destino, solo me dejé llevar; si me equivoqué o no, 
bueno; depende del punto de vista de cada quien.

Tengo - años ahora, 18 en ese entonces; fue todo rápido, algo fugaz que hicimos durar;

no llevábamos una semana de conocernos, y ya sabíamos todo del otro;
nos juntábamos cada tarde a charlar, conversaciones interminables, preguntas incontestables;
era una amistad saludable, algo casi intocable; parecía mentira, sentía que alguien me quería;
me fui encantando de su voz, ella de mis manos; empezamos a abrazarnos mas tiernamente,
a mirarnos mas lentamente, a coquetearnos sutilmente; a extrañarnos, infantilmente;
no sé si decir que fue amor, el amor no se termina; yo aún la amo, la necesito; quisiera abrazarla otra vez.

Al pasar de los meses, luchamos por estar juntos; no fue muy difícil, eramos perfectos juntos,

eramos infinitos; besé sus labios al mes de ser su novio, a tres meses de ser su mejor amigo, a cuatro de conocerla;
nunca dejé de ser su mejor amigo, nunca terminé de conocerla; aunque ya no soy su novio.

Un año pasó velozmente, como si fuera un día; el brillo de sus ojos seguía, no se extinguía ;

me seguia sorprendiendo, sus detalles eran especiales; sus cartas de media tarde;
decidimos viajar, conocer un poco mas; mas allá de las miradas, nos fuimos a la playa;
conseguimos una pequeña cabaña cerca del mar, las olas se escuchaban romper; el cielo estaba mas cerca de la tierra;
esa noche nos besamos como nunca antes, exploramos el cuerpo del otro como buscando un tesoro,
esa noche nos volvimos uno, esa noche la hice mía; esa noche me volví de su propiedad;
fue hermoso en verdad, lento, tierno; algo realmente bendecido, irradiábamos amor esa noche;
todas las estrellas nos miraban, eramos el centro del universo, sus curvas eran mi país, su boca mi mar;
mis manos el barco; su placer, mi tesoro.

Escribir esto me hace daño, me hace sentir que la extraño; pero no puedo ir por ella..


Nuestra relación fue creciendo, estábamos planeando una vida juntos; queríamos una familia,

dos hijos, una niña y un varón; fui iluso al soñar con lograr eso; podré algún día volver a soñar?.

Cuando cumplimos dos años juntos, bueno; estábamos locos el uno por el otro, como nosotros crecimos;

crecieron nuestros deseos, nuestros anhelos; era una constante lucha de quien enamoraba mas al otro,
me declaro perdedor; su perfección superó mis esfuerzos; la poesía de sus ojos simplemente no se podía plasmar en papel;
estaba rendido a sus pies, ella significaba la felicidad.

Un día domingo como cualquier otro, decidimos ir al cine; a despejarnos un poco, 

cuando salimos de la sala ella se mareó, al llevarla a la clínica el doctor dijiriose hace mi;
me dijo que sería padre; sus palabras aún rebotan en mi mente; nunca nadie me dijo nada mas hermoso en toda mi vida;
yo, ella; nosotros, nuestro amor, había creado un milagro.

Tres meses después, mientras volvíamos a casa de un chequeo medico, tuvimos un accidente;

nuestro auto chocó, y con el, chocó mi vida, contra la muralla mas grande que podría chocar,
la vida que habíamos mágicamente creado, se extinguió; una parte de mí murió ese día,
mis sueños tal vez; o quizá mi cordura; solo sé que nada fue igual luego de eso.

Tratamos de sobrellevar nuestra perdida, pero nuestras sonrisas ya no eran tan largas, 

nuestros besos ya no eran tan emotivos; nuestro amor ya no era el centro del universo;
mi cuerpo ya no me respondía como antes, lo asocié con mi perdida,
sus ojos ya no me parecían tan brillante; creo que los míos estaban perdiendo brillo;
unos meses después de eso me descompensé, me desmayé, terminé en el medico;
su diagnostico, - cáncer -, ¿es que acaso Dios no existe? ¿qué hice yo para merecer esto?;
no sabía que hacer; ¿cómo podría yo hacer que la persona que amo tuviera que soportar dos perdidas?,
no tenía la fuerza suficiente para contarle; no tenía el coraje suficiente para decirle;
tenía miedo, un miedo egoísta, de perderla antes de perderme.

De ese día  dejé mi trabajo; le dije a ella que tenía depresión, quería sobrellevar esto junto a su regazo;

en verdad nunca me atreví a contarle de mi enfermedad, iba periódicamente al medico; no había tratamiento,
era algo fulminante, ¿tres meses de vida?; necesitaría nacer de nuevo para poder despedirme de ella;
podía acabar con mi vida, ¿que mas importaría?, no. Debía luchar, por ella, en verdad lo merecía.

En esos tres meses, la llené de flores y abrazos; besos y regalos, me esforcé por verla sonreír;

no me despegaba de ella, íbamos a todas partes juntos; cuando me sentía muy mal por mi enfermedad,
le pedía que nos quedáramos acostados, sin levantar sospechas; le llevé desayuno a la cama cada día,
le canté todas las canciones de amor que hay, le escribí la piel de nuevo, sus ojos brillaban otra vez.

Cuando se acercaba el momento de despedirme, aún no podía; ¿era necesario?; y en este momento,

fui cobarde, creo que es la razón para que escribiera esto, necesito disculparme;
le ofrecí un viaje, la tomé en mi auto; y la llevé a la cabaña donde nos amamos la primera vez,
le dí las llaves, le dí esa cabaña; la compré para ella, no significaba nada; es solo,
una vieja cabaña que simbolizaba nuestro amor; nos quedamos ahí esa noche, y su perfume;
su abrazo duradero, es mi ultimo recuerdo; su mirada fue mi ultima mirada; bailamos a media noche;
nos amamos por ultima vez; como dije, ya no soy su novio, pero la extraño;quiero abrazarla, llorar en sus brazos,
admitir mi cobardía; y decirle que era niño, y que desde aquí ambos la estamos cuidando, arropando en la noche;
solo quiero pedirle que no me llore, aquí te esperaré, y otra vez, por una ultima vez hasta el infinito, la amaré.




"Y cuando veas brillar las estrellas,
es que te estoy sonriendo"


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